Curro Claret. Diseñador industrial freelance y profesor de diseño.
Curro Claret (1968, Barcelona, España) estudió diseño industrial en la Escuela de Diseño Superior Elisava de Barcelona, y amplió su formación -pero no la finalizó- en la Central St. Martins de Londres.
A su regreso a Barcelona trabajó en varias actividades relacionadas más o menos con el diseño. Como él mismo reconoce “¿Hay algún trabajo que no esté relacionado con el diseño?“.
El trabajo más sorprendente fue el de una fábrica de piezas de automóviles, donde los trabajadores permanecen todo el día frente a una máquina prácticamente sin moverse, repitiendo el mismo gesto una y otra vez.
En 1998 comenzó su trabajo freelance, y desde entonces ha estado trabajando en una variedad de proyectos diferentes (objetos pequeños, objetos grandes, instalaciones, diseño de interiores, eventos, sucesos…).
“Todos estos diseños se hicieron para mi familia, amigos, galerías, instituciones, fundaciones, la ciudad de Barcelona, la Generalitat de Catalunya, pequeñas empresas, medianas empresas y algunas grandes empresas“.
Durante estos años de trabajo independiente ha estado trabajando como profesor de diseño industrial, principalmente en la Escuela Elisava y, ocasionalmente, en otros centros españoles y también en otros países.
En la actualidad, Claret forma parte de la junta directiva de FAD (Foment de les Arts i el Disseny).
Curro Claret empezó en esto del diseño porque quería ser como Mariscal.
“Mariscal era conocido… y caía simpático. Un tipo divertido que hacía cosas simpáticas, atrevidas y un poco gamberras… y encima entonces ganaba mucho dinero“.
Y eso para un joven como Claret era muy atractivo. “Mariscal ha dejado huella en todos nosotros“.
Lejos del estrellato, el trabajo del diseñador es a menudo una herramienta para generar el proceso de inclusión, colaboración y co-diseño con comunidades que se encuentran en una situación socialmente frágil.
En lo personal reconoce que no tiene coche, no tiene hijos ni hipoteca, vive en el piso de su novia y, aun así, hay meses que le cuesta llegar a fin de mes.
“Sí, vivo en una incertidumbre económica, como tantas muchas personas, y mirando con lupa los gastos. Yo me aprovecho de unas circunstancias que son poco habituales entre mis colegas de profesión. Si tuviera una familia, no podría hacer lo que hago ahora“.
En una entrevista en Mayo de 2016 a Luis Miguel Marco para El Periódico de Catalunya, el periodista describe a Curro Claret como la antítesis del diseñador estirado.
Para él su trabajo es la mejor recompensa. “Es lo que hace que me levante cada mañana. Soy consciente de ser un privilegiado. No estoy ocho horas trabajando en algo que no me llena con el único aliciente de la paga a final de mes y esperar las vacaciones de verano“.
“Me considero un diseñador al que le gusta estar donde hay jaleo, donde hay problemas, donde hay personas que, por lo que sea, se han quedado al margen“.
Por poner un ejemplo, una de sus creaciones, “Por el amor de Dios“, es un banco de iglesia con un respaldo reclinable para que sirva también de cama.
Esa propuesta en concreto pretendía recuperar el espíritu que durante mucho tiempo tubo la iglesia, acogiendo a personas que por diferentes motivos han necesitado esporádicamente un lugar donde dormir.
Curro Claret reconoce que en general “el establishment” para un diseñador es algo peligroso.
“Me incomoda estar al lado del establishment porque significa que aceptas el sistema y sus normas, que además han establecido unos pocos privilegiados. Para él “urge re-diseñar este caos… que provoca graves fracturas sociales y mucho sufrimiento“.
Claret reconoce que tiene una relación de amor / odio con la industria. “Yo creo en la idea de un sistema de producción industrial honesto. Pero… ¿cuántas empresas lo son? Existimos como clientes, como usuarios. Pero ¿dónde quedan las personas?“.
Por otro lado entiende también que el empresario busque obtener beneficios. “Vivimos todo el tiempo inmersos en la contradicción, haciéndonos preguntas“.
El estudio en el que trabaja Curro Claret es espartano, con una mesa recogida en la calle que ni siquiera es de Ikea.
Siguiendo con la entrevista para éste diario catalán, Claret declara que a ésta empresa sueca hay que reconocerle que ha hecho realidad el sueño del diseñador del siglo XX: “crear muebles y objetos accesibles y útiles“.
“Aunque luego está la trampa de la vida limitada, de la secuencia de producción no demasiado clara y esa cosa de usar y tirar que no es posible, porque hay que frenar tanto consumo“.
Para él la sostenibilidad debería ser el mayor desafío de los diseñadores. “Cuando yo estudiaba, estábamos convencidos de que el diseñador debía estar donde fuera útil para solucionar problemas“.
“Hace unos años, empecé a aplicar el diseño en este contexto de la gente que no piensa en el diseño porque bastante tiene con resolver su día a día y lo hice sin saber muy bien cómo. Y aquí seguimos, repensando cómo hacer cosas reutilizando más que reciclando, sin maltratar el medio ambiente“.
El discurso detrás del objeto, más allá de la función para la que ha sido creado.
Para Curro Claret el diseño -superada la fase donde la funcionalidad ya está resuelta- debería buscar más “una intencionalidad; plantear otra forma de hacer las cosas. Yo valoro que haya historias detrás de los objetos“.
Ejemplos suyos de objetos respaldados por un discurso coherente son por ejemplo el florero Chapapote, entendido éste como una denuncia, “pero la fealdad podía albergar una flor”.
“Reutilizar es mucho más simple, no implica ninguna transformación. Es la botella vacía que se convierte en jarrón”.
También diseñó la “T300“, una plancha de metal cortada con láser, doblada y con agujeros a la que se le puede atornillar tres patas y una superficie lisa para hacer taburetes a partir de materiales encontrados en la calle por personas que intentan rehacer sus vidas.
De esta “pieza” de metal salió una colección de sillas que se hicieron con la ayuda de diferentes personas de diferentes áreas, utilizando los recursos y materiales específicos de cada una.
El diseñador tiene querencia por los materiales pobres y piensa que la cantidad de objetos que desperdiciamos es un reflejo de un sistema desajustado. “Un cartón pisado por un camión y sucio me atrae de manera inconsciente”, asegura.
“Más allá de los materiales, hay una afinidad en todos los sentidos con lo rechazado, con lo que se tira, con lo que no se valora, con lo que se desprecia“.
Con la “T300” hay sillas como las hechas por Careli, una mujer que trabaja en el servicio de limpieza doméstica; por vendedores de bolsos de marcas falsas en la calle; por chatarreros de la calle; por Claudia, una trabajadora sexual, o por Joana Barcala, una asociación de artesanía urbana que trabaja con un tejido de lana.
En 2014, las sillas fueron presentadas en una exposición en la galería Vinçon (Barcelona) durante los meses de Junio y Julio.
“Esos objetos tienen valor por sí mismos, y no se han hecho para que la gente los compre por caridad. Tampoco hemos hecho el taburete que haría Ikea“.
Involucrar a los desfavorecidos en el proceso de diseño: una oportunidad en su proceso de recuperación.
Tuvo mucha repercusión el interiorismo de las dos tiendas para Camper, una en Barcelona (2012) -realizada con Arrels Fundació– y otra en Madrid (2014) -con la Fundación San Martín de Porres– con bancos, taburetes y lámparas hechas con cordones de colores de los zapatos.
“La empresa Metalarte confió en nosotros para hacer una serie de lámparas“.
Las piezas están hechas por organizaciones que ayudan a las personas que han estado en la calle y están en riesgo de exclusión social y la intención es involucrar a los participantes en el proceso de diseño, ofreciendo una oportunidad para ayudar en su proceso de recuperación.
En la tienda de Camper en Barcelona (en el Centro comercial Triangle, en la plaza Catalunya) se dio un paso más y trabajaron un grupo de seis “ex personas sin hogar” de Arrels Fundació (José, Nicolai, Miguel, Valerio, Aurelio y José).
Fue una gran oportunidad al involucrar a todas estas personas no solo en la construcción del interior, sino también en participar y tomar ciertas decisiones en el diseño mismo.
Para hacerla, se reutilizó la mayoría de los materiales empleados, algunos de ellos de la tienda anterior, y otros como madera encontrada en la calle o zapatillas viejas, carteles y cuero de las existencias fuera de uso de la misma marca Camper.
Para mostrar y explicar el proceso del proyecto, Miguel Fuster (uno de los miembros del equipo, 15 años viviendo en la calle) hizo algunos dibujos impresos en madera (también encontrados en la calle) y los pusieron en la entrada de la tienda.
Claret piensa que el consumo desaforado está destrozando el planeta.
“Uno necesita un techo donde cobijarse, pero eso no implica que la solución pase por hipotecarse toda la vida“.
Para él no está claro que acaparar bienes garantice el bienestar o la felicidad. Y entender eso es uno de los mayores retos que tenemos todos.
En esta línea, muchos separadores del carril bici en Barcelona son suyos. Los diseñó con ayuda de la empresa Zicla, que recupera residuos industriales, en este caso hechos con restos del aislamiento de plástico de los cables eléctricos.
Al hablar de las nuevas generaciones, con las que se relaciona en su trabajo como docente, reconoce que “les ha tocado vivir una realidad muy dura y ven que no puede ser más de lo mismo“.
“Sí o sí les toca a ellos repensar a fondo el papel que como diseñadores quieren tener en esta sociedad, y no solo para sobrevivir, sino para que sientan que lo que hacen da un cierto sentido a sus vidas“.
Según él, muchos jóvenes buscan otras fórmulas. “Me parece buenísimo que se imponga una menor dependencia de lo material y se abogue por construir un entorno de bienes compartidos“.
También hay un libro sobre el diseñador. “Conversación polifónica sobre diseño y otras cosas. Retrato imperfecto de Curro Claret“, escrito por el profesor Oscar Guayabero y Ramón Úbeda, y editado por Gustavo Gili.
El libro es una conversación sobre “diseño y otras cosas” en la que varias personas, entre ellas Curro y Guayabero, conversan en un texto fluido sobre un montón de aspectos.
“No queríamos que fuera un libro sobre diseño, sino un libro de ideas, dudas, experiencias, contradicciones y pensamientos que se han expresado a partir del lenguaje del diseño”.
La obra de Curro Claret ha sido expuesta en numerosas galerías y museos, y publicada en diferentes medios.
Curro Claret ha recibido varios honores y premios, como el premio Ciutat de Barcelona en 2013 en la categoría Diseño, por las piezas presentadas en la exposición “Un dilema, l’art contemporani i la inversió en la certesa“, como resultado de su colaboración con Arrels Fundació.
Curro Claret (pág. web).
Fuente (El Periódico).
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source https://decorador.online/disenadores-destacados/curro-claret/
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